Lagar del tío Joaquín
El lagar, mejor lagareta (lagar pequeño), del tío Joaquín era uno de los pocos espacios que quedaban en pie de este tipo. Una iniciativa llevada a cabo por la Asociación Torderón y la Alcaldía hizo posible contactar con los coherederos titulares de este espacio solicitando la cesión al pueblo para restaurarlo y destinarlo a espacio de interés turístico, junto a los ya existentes. El acuerdo firmado por todos y cada uno de ellos ha hecho posible que pase a formar parte del catálogo de edificios singulares recuperados como prototipo etnológico de oficios y labores del ámbito rural. Esperamos poder seguir rescatando del derrumbe alguno más de los títicos y característicos.
Conseguida la cesión, la Alcaldía contrató la obra de adecuación de la estructura del lagar en toda su dimensión. Una vez adecentado el espacio exterior se procedió a reestructurar su interior. Una labor que fue acometida por varios socios de la Asociación Torderón y de la Peña El Coyote, que han venido trabajando para acondicionarlo y adecentarlo dotándole de los útiles y materiales característicos empleados en el prensado de la uva.
Para financiar este espacio interior, la Asociación Torderón destinó una partida de 1.000 euros para la compra de materiales y darle iluminación.