QUINTANILLA DE TRES BARRIOS

Estrofas sueltas para llenar espacio al largo trecho de la procesión de vuelta a la iglesia. Las alabanzas, los cánticos y expresiones internas encontrarán siempre mejor respuesta en el ejemplar comportamiento de todos los fieles.

                       Tomemos agua bendita / tomemos con devoción

                       tomemos agua bendita / mis compañeras y yo.

                       

Ansiedad por celebrar el gran acontecimiento incitando al sacerdote a no demorar más el inicio de la homilía. Por supuesto que el monumento ya había desaparecido de los altares y el luto apenas quedaba en el manto de la Virgen.

                        Salga, salga señor cura / salga de la sacristía

                        a decir misa solemne / que así lo requiere el día.

 

Como cualquier acto religioso conmemorativo la exaltación de la imagen genera una solemne procesión. Así se procedía –y procede- a la subasta de los banzos adjudicados al mejor postor “pasando a tomarlo” una vez que al remate de la tercera no había quien pujase más. A veces se sucedía una serie de pujas hasta decantarse por el mejor postor.

Idéntico recorrido al de Viernes Santo, salida de la iglesia por la carrera pero la procesión no irá unida. En la puerta de la iglesia se separan las mujeres de los hombres cada cual portando imágenes diferentes. Una de las voces cantantes de las mujeres lo anunciará:

                      Mis compañeras me han dicho / que eche yo la despedida,

                      los hombres vayan con Cristo / las mujeres con María.

 

Y por si no quedaba claro, volvía a dejar constancia:

                        Mis compañeras me han dicho / que lo vuelva a repetir

                        los hombres vayan por ahí, / las mujeres por aquí.

 

La Virgen será llevada por las mujeres y Cristo por los hombres, además del resto de insignias –pendón, cruz, estandarte, etc.-. Unos harán un recorrido por un lado de la carrera y las otras por el otro  e irán a juntarse cerca de la Ermita, donde tendrá lugar el encuentro. De lejos se divisan ambas procesiones sombrías, silenciosas, casi sepulcrales, sólo rotas para dar entrada a los cánticos que ornamentaban el rito cuando ambas procesiones se miraban de frente a unos metros de distancia.

                        Mírale por donde viene, / mírale por donde asoma,

                        es el hijo de María / más blanco que una paloma.

                        Quien es aquel caballero / el de la banda encarnada

                        se la ha puesto el señor cura / … se llama.                     

En el punto culminante la emoción del momento erizaba la piel. Madre e hijo vuelven a verse las caras tras un paréntesis doloroso.

                        Ya se miran, ya se miran / Jesucristo con su Madre

                        porque hace que no se han visto / desde el jueves por la tarde.

       

Posteriormente, imágenes e insignias van saludándose efusivamente,

                  Ya se besan, ya se besan / Jesucristo con su Madre

                  porque hace que no se han visto / desde el jueves por la tarde.

 

Quitando el manto de luto a la Virgen (años 80)

 

Cumplidos los perceptivos saludos tiene lugar la subasta para quitar el manto a la Virgen. De todo el montante de remates y subasta de banzos esta pujanza resulta la más onerosa. Las promesas encarnadas durante todo el año tienen lugar en esta secuencia, puesto que quitar el manto a la Virgen se convierte en el sumun de las pretensiones. Una encomienda que podía venir dada por la cura de una enfermedad, por la formalización de un matrimonio o por cualquier cuestión de acción de gracias.

                    Quítenle el manto de luto / a esa princesa María,  

                    quítenle el manto de luto / y lo vuelvan de alegría.

                    Quítenle el manto de luto / que es un manto muy pesado,

                    quítenle el manto de luto / y lo vuelvan del otro lado.

 

Una vez se procedía a cambiarlo, se remataba con esta estrofilla.

                    A quien le ha quitado el manto / a esa princesa María

                    Dios le dé salud y gracia / y que muchos años viva.

 

A partir de este momento las campanas enarboladas tocan a vuelo en señal de júbilo celebrando el día grande de soler. El regreso a la iglesia se hacía ahora todos juntos, siguiendo el trayecto utilizado anteriormente por las mujeres. Ello no implica por lo general la mezcla de sexos, más bien todo lo contrario.

                      Pasen los hombres delante / con el lucero del día

                      y detrás van las mujeres / con la Sagrada María.

                      “Alante”, “alante”, señores / “adelante” con devoción

                      que a Cristo resucitado / llevamos en procesión.

                      “Alante”, “adelante”, señores / “alante” con devoción

                      que a la Virgen del Rosario / llevamos en procesión.

 

Retahíla de canciones que continuaban entre oración y rezo a medida que transcurría la procesión de regreso a la iglesia,

                       La corona tiene de reina / los encajes de oro fino

                       eres tú la Emperadora / Madre del Verbo Divino.

                       Que bien le cae a la Virgen / las flores en el vestido

                       que bien le cae a la Virgen / como el rocío a los trigos.

                       Cansada y rendida vengo / de subir cuestas arriba

                       pero vengo enamorada / de ver la Virgen María.

 ****

                       Repiquen esas campanas / y enarbolen los pendones

                       que entra María en su casa / en un convento de flores.

                       Repiquen esas campanas / y todas las den a vuelo

                       que entra María en su casa / la misma Reina del Cielo.

 

Procesión del día de Pascua (años 80)

 

La misa pondrá punto y final a la solemne actuación de la Semana Santa. Hay que hacer constar que en el transcurso de estos días habrán tenido lugar otros actos y acciones vinculadas a este programa. Desde los ofertorios a las subastas de roscas y roscones que nunca podían faltar para subir la temperatura de las donaciones.

El telón de la Semana Santa se cierra con la convocatoria llevada a cabo por la Cofradía a la que han de asistir obligatoriamente todos los hermanos de ella. El contenido del programa aborda temas relacionados con la situación de la Cofradía. El alta, las bajas y cualquier otra variación anual y al estado de las cuentas. También se rezaba por todos los fieles difuntos y se procedía a la elección del nuevo Alcalde de la Cofradía, así como al nombramiento de los enterradores, campaneros, etc. Con la inscripción de los nuevos hermanos de la Cofradía, el niño pasaba a engrosar en el registro. Esto suponía la obligatoriedad de asistir al entierro, opción no obligada hasta ese momento. También tendría lugar el remate de las insignias –Santo Cristo, estandarte, cruz y pendones- que se subastarán por un periodo de un año, con lo que el licitador posee plenitud de derecho sobre la insignia adjudicada. Como colofón tendrá lugar una merienda entre todos los asistentes.               

                 

 

Volver