QUINTANILLA DE TRES BARRIOS

Pasacalle 

   

 

    

  El programa de fiestas diseñado para este año contemplaba una serie de actos populares de diversa índole. Para comenzar, el ya tradicional pasacalle amenizado por un grupo de gaiteros de San Esteban y Quintanilla que hicieron las delicias de la gente del pueblo que se unió al grupo y participó activamente en la vuelta al pueblo cantando y bailando al son de la música. Un acto para abrir boca que supuso el inicio a una noche que se presumía muy llamativa y que realmente no defraudó en absoluto. 

 

 Cena popular

     

 

 

  

 

    

 

  

   

 

  

 

   

 

 

   

 

  

 

   

 Si bien las cenas populares se venían realizando cada año en tiempo de verano, se pensó en la posibilidad de hacer una conjuntamente para todos aquellos que desearan participar en la misma. Fue todo un éxito tanto en el número de asistentes a la misma, un centenar, así como en el ambiente generado que sirvió si cabe aún más para confraternizar entre las gentes que por lo general se encuentran desplazadas del pueblo. 

 

 Pregón y vídeo

   

 

    

 

 La novedad este año era el pregón de fiestas, algo que se venía pensando desde hacía algún tiempo. Se confió en un grupo de jóvenes (Andrea, Esther, María, Paula y Sara) que redactaron el contenido y fueron leyendo cada una de ellas unos párrafos de un texto con sentido y sensibilidad incidiendo en aspectos relevantes de las gentes del pueblo. Emoción sentida por las numerosas personas que siguieron el evento y disfrutaron de la lectura del mismo. 

  Otra de las novedades de esta víspera de fiesta fue el vídeo realizado por Constan Romero. Su contenido, un repaso de los avatares y las vivencias de las gentes del pueblo a través de prácticamente un siglo de historia. En pantanlla una escenificación de las costumbres y tradiciones, de las gentes, de la evolución de la arquitectura popular, de la hégira de los hijos del pueblo y de las iniciativas de la Peña El Coyote y la Asociación Torderón por revitalizar el pueblo en un esfuerzo denodado para intentar que siga vivo y mantener en la medida de lo posible su entelequia tradicional y municipal. Imágenes que calaron hondo entre los asistentes que sintieron la emoción del recuerdo.  

 

 La luminaria

   

 

 

 

  Las raíces de la tradición contemplan que la luminaria ha de ser uno de los ingredientes fundamentales y tradicionales de la fiesta. Mucho más si se tiene en cuenta que la fiesta es en honor del patrón San Lorenzo, martir quemado en las brasas del fuego. Manda la tradición que para purificarse hay que saltar sobre el manto de ascuas o llamas y así lo vienen realizando todos aquellos valientes que se prestan, con mejor o peor suerte, a desafiar las lenguas de fuego, tal y como puede verse en las fotografías.

  

Dianas

 

 

 No serían unas fiestas tradicionales si las dianas no estuvieran presentes. Hay que agradecer a la charanga del grupo de San Esteban (entre cuyos componentes se encuentran algunas personas vinculadas al pueblo -Bienve, Marta y Sergio-) que la costumbre de amenizar de buena mañana a la gente, de sacar a los jóvenes de la cama para participar en la ronda animando el cotarro (y no tan jóvenes, como el amigo José, en imagen) den colorido a la fiesta y no desaparezcan los vestigios más arraigados de la ancestral fiesta. 

 

Velada nocturna

   

 

 

 

  Quintanilla ha venido siendo un pueblo con una resonancia festiva que ha llegado a traspasar la frontera provincial. En su época de apogeo llegó a codearse con pueblos de mucha mayor envergadura por los actos y actividades programadas de gran relevancia y consideración, especialmente las charlotadas, la caldereta y el poder de atracción de la gente que acudía a las veladas nocturnas, riadas de coches y personas que se dieron cita. Todo ello gracias al afán de un numeroso grupo de jóvenes entusiastas componentes de la Peña El Coyote que se ganaron el respeto y la admiración en el ambiente provincial. Actualmente si bien ha decaído la expectación, el poder de convocatoria sigue generando aceptación en las veladas nocturnas.